Los seres humanos pueden aplicar medidas de previsión sin haber estudiado cómo se hace ni que nadie les haya enseñado sus técnicas, sino que al encontrarse con un hecho, completan los datos si todos no estén disponibles en el momento y lo interpretan para decidir una acción de respuesta.
Esa capacidad de previsión está más desarrollada en unos que en otros, y hay seres excepcionales como un joven de 33 años que en un momento de alegría inmensa por una victoria, fue capaz de advertir que el país debía prepararse:
“No nos engañamos creyendo que en lo adelante todo será fácil; quizás en lo adelante todo sea más difícil” Fue la temprana alerta del Comandante en Jefe Fidel Castro el 8 de enero de 1959 cuando las mayorías podían haber creído que si habían conseguida tal triunfo, no habría dificultades que no pudieran vencer.
Demostró sentido del momento histórico al interpretar que eran días decisivos de la historia cubana en los cuales valoró la importancia de evitar engañosas ilusiones que podrían provocar consecuencias fatales.
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Suficientes elementos tenía Fidel de la situación de la educación en el país con maestros sin trabajo mientras había niños que no podían asistir a las aulas, por lo cual no es de extrañar que entre las primeras decisiones estuviera convertir los cuarteles en escuelas y erradicar el analfabetismo mediante la alfabetización total de la población.
Como consecuencia de la descomunal campaña popular en la que quien no sabe aprende, y quien sabe enseña, se tuvo en cuenta hasta el bajo nivel de electrificación que impediría impartir clases nocturnas, lo cual fue solucionado con faroles que se convirtieron en símbolo junto con el lápiz, la cartilla y el manual.
Casi a la par de esa acción contra el analfabetismo, se procedió a la lucha contra bandidos, cuyo triunfo con fuerzas populares no solo libró a los vecinos de las serranías de esa plaga de asesinos, sino que previsoramente borró focos cuya tendencia era establecerse en las montañas.
Al llegar la invasión de la Brigada 2506 no encontró base de apoyo, sino un pueblo al que anticipadamente se le explicó con palabras sencillas qué es el Socialismo, lo cual evitó confusiones que tratan de crearse aun en nuestros días.
La capacidad de previsión ante los daños humanos y materiales provocados por ciclones, hizo emprender una colosal obra hidráulica hasta el punto de que la provincia que menor capacidad de embalse tenga, iguala o supera a la que tenía el país antes de 1959.
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No fue únicamente una infraestructura hidráulica la consecuencia, sino la creación de un sistema de defensa civil capaz de preservar vidas de manera ejemplar, y minimizar los perjuicios a los bienes materiales.
La red de instituciones sanitarias se fue extendiendo hasta el punto de que hay lugares apartados donde es difícil andar muchos de los kilómetros habitados sin encontrarse con algún centro de salud, una infraestructura con la cual el país es capaz de enfrentar y controlar epidemias hasta introducidas con malas intenciones.
Sin esas obras que son frutos de la previsión, no estaríamos en el camino de ser un país de hombres de ciencia, ni tampoco habría recursos para haber evitado una catástrofe como la que pudo haber causado la enfermedad pulmonar Covid-19.
Vacunas creadas por científicos cubanos y hechas en Cuba conjuraron los males que el SARS-CoV2 estaba en vías de hacer caer sobre la isla con nefastas consecuencias.
No obstante, todavía quedan ideas del Comandante en Jefe pendientes, pero que nadie debe dudar de que tendrán que ponerse en marcha como es confeccionar una historia clínica de cada persona para que esté disponible donde quiera que el paciente se encuentre.
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